Sé cómo te sientes cuando alguien te pide que le hagas un favor o te necesita porque no está atravesando su mejor momento y a ti lo que te nace es ayudarle por encima de todo, incluso por encima de ti mismo. Incluso cuando ayudar al otro te ocasiona un "pequeño perjuicio" que en tu mente justificas como necesario dadas las circunstancias que tiene el otro. A veces esa persona es muy importante para ti pero otras ni si quiera es así, quizás es solo un compañero de trabajo.
Voy a ser muy clara y se que puede no gustarte mucho lo que vas a leer, pero sé también que sostener en el tiempo esa carga va a generar muchísimo más sufrimiento en ti. En realidad no hacemos nada por los demás, aunque lo disfracemos muy bien. Cuando ayudas a alguien pasando por encima de ti, por ejemplo forzándote a hacer algo que no te apetece o que no te viene bien o que supone una carga teniendo en cuenta lo cansado que estás o la lista eterna de cosas que tienes por hacer y el poco tiempo disponible, lo haces siempre porque haciendo ese comportamiento obtienes un beneficio personal, buscas a través de ayudar a los demás sentirte bien contigo mismo, no juzgarte por no haberlo hecho, no sentirte egoista por haberte dado prioridad aunque lo necesitases. Buscas salvar o ayudar a los demás de sus vidas para conseguir a través de ese recurso externo alcanzar un bienestar interno, siento decirte que es un bienestar efímero y que tiene como efecto secundario añadir carga a tu estado emocional.
"Lo importante no es lo que haces, si no desde donde lo haces... desde el miedo o desde el amor"
Estás ejecutando un patrón inconsciente conocido como salvador-tirano. Siempre que ejectas un patrón inconsciente tienes garantizado el sufrimiento, porque vas entrando en desequilibrio. Te lo explico, cada vez que activas el salvador estás activando tu parte de tirano; cuando ayudas a alguien pasando por encima de ti y te fuerzas, en ese momento estás sacando el tirano contigo mismo. Son las dos caras de una misma moneda y siempre van unidas. Hay una forma de empezar a desactivar ese patrón automático y voy a proponerte un cambio en tu día a día, es muy sencillo pero si eres constante y lo repites será muy efectivo y poco a poco de forma natural ese comportamiento automático irá perdiendo inercia. Siempre que te fuerzas o de alguna forma te obligas a hacer algo para "ayudar" a alguien lo haces porque quieres permanecer dentro de lo que tu mente ha etiquetado como ser un "buen hijo", "buena amiga", "buen novio", "buen profesional" y un largo etc. Crees que tienes que quedarte dentro de ese círculo imaginario que ha creado tu mente para seguir teniendo la aprobación o amor de los demás.
El amor más importante y el que sienta las bases de todas tus relaciones es al amor hacia ti mismo, y siempre que te fuerzas o te obligas a hacer algo estás actuando desde el miedo a perder esa aprobación o amor de los demás pero estás siendo muy poco amoroso contigo mismo. También puede darse el caso de no hacer ese favor o no ayudar a esa persona porque decides no hacerlo por un motivo determinado pero en tu mente sigues manteniendo el juicio hacia ti mismo porque crees que estás siendo mal hijo o mal amigo, si con tu mente te estás enjuiciando por ello sigues maltratándote y sacando tu parte tirana hacia ti.
El ejercicio consiste en introducir conciencia en tu comportamiento automático, cada vez que se despierte tu salvador/salvadora haz lo que te pida el cuerpo, haz lo que sientas en ese momento y ayuda pero pregúntate ¿para qué quiero hacer esto en concreto? Si tu respuesta es parecida a porque si no lo hago soy mal amigo, mal hija, ... estás actuando desde el miedo, observa cómo cuando actuas desde ahí vas acumulando carga y tensión, observa cada vez que te obligas y te fuerzas y párate a ser consciente de cómo te sientes cuando lo haces. Cuando tengas un espacio para ti pregúntate ¿Qué podría haber hecho diferente para que la experiencia fuese más coherente para mi y para la otra persona?
En resumen, haz lo que te nazca hacer pero deja de hacerlo con el automático encendido, empieza a observar como te sientes cuando dices si y te habría gustado decir no, si te gustaría haber dicho no qué te lo ha impedido y cómo crees que te habrías sentido si hubieses encontrado la forma de equilibrar la situación sin activar tu patrón de salvador-tirano.
Si todo esto ha resonado contigo y quieres encontrar un equilibrio en tus relaciones con los demás y contigo mismo contacta conmigo, estaré encantada de acompañarte en este proceso, por experiencia personal soy una verdadera experta en el patrón salvador/tirano. Escríbeme y quedamos para una pequeña sesión gratuíta de 20 minutos para conocernos y decidir si queremos trabajar juntos.